
15 de Abril: Día Mundial del Arte.
“El arte no fue lo primero que hicimos, pero sí lo primero que recordamos.”
Primera Cortina: Un influencer de la era de las cavernas, con pigmento en la mano, dibuja en la roca y le dice a su hijo: «Existimos». Eso es lo que importa.
POR MAURICIO ANGELES
El arte es las palabras exactas que perduraran cuando ya no queden palabras. Como en una cueva oscura, hace 30 mil años. Con el aire oliendo a tierra húmeda y a brasas apagadas. Alrededor, unas manos, mas pesadas que las tuyas, pintaban en rojo ocre. Eran animales atravesados por flechas, con trazos gruesos como signo de poder —tal vez— o un ritual, de esos de magia. Aunque, lo más seguro, es que fuera el menú del día.
¿Estás prestando atención?
Piensa en la última vez que viste una fotografía que te dejó sin aliento. Esa canción que se pegó a tu mente todo el día. O el museo en lo que fue un palacio que te hizo sentir las maravillas. Porque el arte… nos delata.
Pero aquí está el juego de contrastes: mientras la tecnología avanza, el arte sigue usando los trucos de siempre. Contraste. Emoción. Narrativa. Como el tema de venados atravesados con flechas, ya que el arte sabe que nuestra mente es un campo de batalla entre lo que vemos y lo que creemos ver.
Establecido en 2012 por la Asociación Internacional del Arte (IAA) con el apoyo de la UNESCO, el Día Mundial del Arte se celebra el 15 de abril para conmemorar el nacimiento de Leonardo da Vinci, símbolo universal del diálogo entre arte y ciencia.
Esta fecha busca promover el desarrollo, la difusión y el disfrute del arte, así como destacar su poder transformador en la vida cotidiana, la educación y la sociedad.
Lo vemos claramente en el Guernica de Picasso, que le pidieron no pintara. Que no hiciera la protesta política e incorrecta. Donde un ejército alemán que no debía de existir, guiado por alguien siniestro que todos conocerían bien después y a pedido del gobierno español fascista, salió a cazar… venados. Ya nunca más se usarán las flechas, sino bombas y fuego, desde el cielo sobre la ciudad vasca. Una precuela del horror mundial que vendría después. Esos grises violentos, el caballo que grita sin sonido, una moderna piedad cubista, que grita al cielo por la pérdida inocente. A veces nos hacen creer que el arte es técnica, práctica y constancia, pero este enorme mural de 3 metros y medio de alto por casi 8 metros de largo, se hizo con ira, con profundo dolor, con mucha prisa para que el mundo se enterara.
Imagina a un especialista en Picasso, haciendo una copia para un museo, con sus estudios y entendimiento podrá imitar los detalles escondidos, pero no el ritual, ni las manos que lo cultivaron, ni las pesadillas que lo acompañan.

Segunda Cortina: Aparece Van Gogh en el manicomio de Saint-Rémy, tecleando a DALL·E pintar La Noche Estrellada
Ahora, viajemos a 1889. Vincent van Gogh solo había vendido un cuadro y regalado algunos otros. Para los expertos, son curiosidades de pinceladas torcidas, porque seguramente el cielo tiene ataques de ansiedad. Mientras los enterados reían del pordiosero en harapos. Pero el maestro Van Gogh no lo hace por dinero, la fama y la gloria. Si no por un propósito, con un profundo amor por la naturaleza y su necesidad de respirar, pintar era, literalmente, su forma de sobrevivir emocionalmente, la belleza de la vida y las tormentas. -Existimos». Es lo que importa – El arte no necesita ser perfecto, solo necesita ser honesto.
Por eso el mundo recordará La Noche Estrellada de Van Gogh, y no el meme de tendencia que viste hace cinco minutos.

Nuestro cerebro procesa el arte a través de complejos mecanismos neuronales. Según Semir Zeki, neurocientífico y profesor de neurobiología en su libro de 2009, «Splendors and Miseries of the Brain»: «El arte visual es una extensión de las funciones del cerebro visual, que busca conocimiento en un mundo ambiguo y cambiante.»
La memoria episódica y la memoria emocional juegan un papel crucial en cómo experimentamos el arte. Las imágenes artísticas estimulan la amígdala y el hipocampo, áreas cerebrales responsables del procesamiento emocional y la consolidación de recuerdos. Esto explica por qué ciertas obras de arte pueden evocar emociones intensas y perdurar en nuestra memoria colectiva.
La integración de inteligencia artificial y realidad virtual está redefiniendo los límites del arte. Según Lev Manovich, teórico de nuevos medios en su publicación del 2018, «AI Aesthetics»: «La IA no solo está cambiando cómo creamos arte, sino cómo lo percibimos y recordamos.»
A Van Gogh le hubiera encantado Banksy, al menos le hubiera sacado una sonrisa imperfecta.
Saltemos a una calle en South Bank, cerca de Waterloo. Luego, a Chalk Farm Road, cerca del mercado de Camden – El artista se mueve tan rápido -. Un ratón sostiene un cartel: «London doesn’t work». Es de Banksy, el fantasma punk de la ópera urbana, que convierte ciudades en galerías y policías en críticos de arte – sin querer -.
Su arte no destaca por la técnica, sino por el guiño rápido y la discreción en espacios públicos. Una crítica directa al sistema urbano que pocos entienden —o les interesa entender. La ciudad está llena de ratas -. Un mensaje poderoso, directo y cargado de ironía, usando imágenes simples con fuerte simbolismo. “Existimos. Es lo que importa.”
El Arte en la Historia:
• En la Edad de piedra: Las pinturas rupestres en cuevas como Lascaux de Francia, funcionaban como narrativas de caza, creencias y prácticas rituales.
• En la Edad clásica: El arte se institucionaliza como forma de comunicación política y religiosa. Con esculturas griegas y frescos romanos.
• En la Edad media: Mucha iconografía religiosa para transmitir fe y doctrina.
• En la Modernidad: Hace un siglo el arte se vuelve introspectivo, experimental y crítico. Del impresionismo al surrealismo.
• Actualmente: Se populariza el Arte digital, arte activista, arte comunitario y nuevos medios como VR/AR.
• La inteligencia artificial permite la generación de obras artísticas en segundos, integrando algoritmos creativos con plataformas como DALL·E y MidJourney.
• La realidad virtual ofrece entornos inmersivos para explorar obras de arte desde casa o crear nuevas experiencias sensoriales.
• Plataformas como Google Arts & Culture acercan colecciones de museos a millones de personas.
• Y experimentos como “The Next Rembrandt” (2016) recrean obras maestras con algoritmos basados en data visual.

Así que, en este Día Mundial del Arte, sé un buen contemporáneo punk. Roba el arte con la mirada, cópialo mal en un cuaderno, descárgalo antes de que lo conviertan en archivo con bloqueadores y rastreadores.
Porque el arte no es solo lo que cuelga en los museos, ni lo que te publicitan para que “entiendas”. Está hecho por locos irrepetibles que amaron lo que hacían. Por revolucionarios que sabían que las ideas se pegan a las abejas y se van sin mirar atrás.
Dicen que esta generación está perdida, buscando atención e ideas para poder monetizar. Que no tienen identidad, ni hogar. Pero quizás… solo es una generación en transición. Una que ama profundamente, aunque no sepa cómo será el mundo al día siguiente. Y un mundo en transición e incertidumbre ya se ha visto antes, eso le pasó a la generación de Van Gogh. Pero el nuevo ser moderno debería recordar dos cosas del hombre de las cavernas: que para pertenecer a un hogar basta prender una hoguera… y que el arte hecho con amor no necesita etiquetas. Se escapara de las manos y viajara por el tiempo. No importa que nombre en letras de oro publiciten quienes deciden qué vale y qué no, o que los que poco pueden… solo pueden esperar que a alguien se le ocurra algo más. Eres el bailarín cantante en el fondo de un bar, que nadie escucha, porque están chateando, solo un par de personas lo graban para después subirlo a sus redes.
El arte y las ideas honestas viven, se escapan… y llegan lejos. “Existimos”. Es lo que importa.