
Día del Inventor e Inventoras de México
A veces, la diferencia entre un mundo gris y uno a color es solo una chispa de imaginación.
Primera Cortina: Todo empieza con una pantalla gris.
POR MAURICIO ANGELES
La imagen cobra vida y color, las formas y los patrones de luz nacen en el rincón más inesperado de la mente humana. Es una ilusión tecnológica que hoy damos por sentado, pero que, hace no tanto, fue un acto de genialidad pura y Don Guillermo González Camarena no solo fue el inventor que trajo el color a la televisión; es nuestro inventor de luz. Su historia es una mezcla perfecta de ciencia y arte, de obsesión y pasión. Pero ¿quién era realmente este hombre? ¿Y por qué seguimos viendo su legado cada 17 de febrero en el Día del Inventor e Inventoras de México? Esto es en su honor.
¿Estás prestando atención?
Imagina a un niño de ocho años en Guadalajara, desarmando radios porque estos eran sus juguetes. No es un travieso (bueno, en un mundo actual, tal vez le hubieran detectado uno de los trastornos de moda), pero digamos que los desarma por pura curiosidad. Ese niño era Guillermo González Camarena. Mientras otros soñaban con ser astronautas o futbolistas, él soñaba con electrones y circuitos.
A los 23 años, ese mismo niño, ya convertido en ingeniero, miró una televisión en blanco y negro y pensó: esto puede ser mejor. Mientras el mundo veía sombras, él imaginaba globos de colores. Y lo hizo posible. En 1940, patentó su Sistema Tricromático Secuencial de Campos, un nombre que suena a hechizo de alquimia moderna. Su truco: combinar rojo, verde y azul para convertir la televisión en un lienzo vibrante.
Piensa en ello: en una época donde la televisión era un lujo reservado para pocos, un joven mexicano le dio color a la pantalla, y con ello, al mundo entero. Porque su sistema fue tan innovador que incluso la NASA lo utilizó para transmitir imágenes desde el espacio. Y cuando pisamos la Luna, lo hicimos en colores mexicanos.
Segunda Cortina: Luego, de pronto, un destello: rojo vibrante, verde profundo, azul eléctrico.
Hay quienes se enamoran de los colores neutros, o del no color bien Darks. Otros, de las ideas. González Camarena pertenecía a este último grupo. Para él, la televisión en color no era solo un avance tecnológico; era una misión, una revolución silenciosa en la forma en que experimentamos la realidad.
Cada innovación que creaba tenía un propósito: conectar, emocionar, hacer del mundo un lugar más vibrante. Porque, después de todo, la vida en blanco y negro es solo una mitad de la del espectro.
Su legado no es solo una patente archivada en un viejo documento. Ahora desbloquearé 3 recuerdos de mi infancia a color:
En el reflejo de un atardecer que parecía un flan de 3 sabores, en la carretera de Cuernavaca regresando de Xochicalco – la hora dorada en mi cámara Digital Sony -.
Luego en la intensidad de un partido de fútbol transmitido en mi ultima tele de bulbos – ¡Atención! Campos ataja, lanza con precisión, Arellano arranca, filtra el pase y… ¡El Matador define cruzado! ¡Golazo de México ante Alemania! – .
Pero también es el brillo de una película que te hace llorar porque fue un domingo familiar y aún estaban muchos que ahora ya no están, de alguna manera, los colores te transportan a un recuerdo, a una emoción.
El sol arde en el horizonte, tiñendo el cielo de fuego. Rhett Butler sujeta con firmeza a Scarlett O’Hara, la mira y susurra: «No te besaré ahora… aunque lo necesites. Eso lo dejaré para cuando lo desees.»
González Camarena nos dio más que televisión en color. Nos dio una nueva forma de ver y sentir el mundo. Por eso feliz Día del Inventor e Inventoras de México
— 000 —