Revisión de portafolios : Intercambio intergeneracional
«El intercambio intergeneracional en las artes visuales funciona como un palimpsesto: cada nueva capa de interpretación enriquece sin borrar completamente lo anterior.»
Susan Sontag, Sobre la fotografía (1977).
*palimpsesto: Manuscrito antiguo que conserva huellas de una escritura anterior borrada artificialmente.
Primera Cortina: ¿para qué haces garabatos en tu diario? – para probar que vivimos, para recordar cómo nos sentimos. –
POR MAURICIO ANGELES
En una revisión de portafolios el presente se encuentra con el pasado y el futuro. Es una jornada de intercambio intergeneracional en la que los fotógrafos más experimentados guían y enseñan sus trucos de resistencia y supervivencia en el medio, mientras los más jóvenes sorprenden, con novedades que nadie vio venir. Es una conversación entre lo aprendido y lo que aún no se ha inventado. Donde cada una le susurra a la otra: «Mira, esto es lo que aprendí, ¿qué ves tú?»
¿Estás prestando atención?
Cada imagen esconde capas de significado, como si fueran hojas de tu diario secreto donde lo esencial no siempre está en lo que se ve, sino en lo que se recuerda — a veces nítido, otras desvaneciéndose — Históricamente, todos han utilizado narrativas visuales y orales para preservar su identidad. Hoy vivimos en un mundo digital, donde lo hecho a mano es otra herramienta clave para este propósito, – son opciones – lo que debe prevalecer es el diálogo entre generaciones que enriquece tanto a quienes comparten como a quienes reciben. Por ejemplo: La cianotipia es una técnica bellísima y los fotógrafos actuales editan imágenes en software como Photoshop, las imprimen en transparencias y las usan como negativos para realizar algo similar, combinando lo analógico y lo digital. También incorporan elementos naturales como agua o arena durante la exposición, creando efectos inesperados. – pero sobre todo mantienen la nostalgia –
«La memoria visual colectiva se construye en estos espacios de diálogo entre maestros y aprendices; es un tejido que conecta pasado y futuro.» – Milton Glaser, entrevista en «Design Matters» (2010)
El portafolios de un artista emergente es su diario secreto, recordatorios de lo que siente, susurros de quien alguna vez soñó ser. Y en una revisión de portafolios intergeneracional, está a punto de ser abierto, para desnudarse ante el artista experimentado, un mentor, sí, pero es un desconocido. Entonces cuando esa persona lo sostiene, empieza a hablar y sonríe. – ¿qué? – Es porque el Angulo de la escena debe cambiar, ya no eres tú, es esa persona que también estuvo ahí alguna vez: con su memoria, testimonio y, sobre todo, con esa manera similar de decir «estoy aquí».
Las revisiones de portafolios tienen sus raíces en las antiguas relaciones maestro-aprendiz que datan del Renacimiento. Como explica Howard Gardner en «Mentes creativas» (1993), estos intercambios representaban mucho más que una simple transmisión de habilidades técnicas—constituían una inmersión completa en una forma de pensar y ver el mundo. Luego las Academias de arte formalizaron el proceso con críticas estructuradas. Y hace apenas un siglo se dió un auge de las escuelas de fotografía y revisiones abiertas en festivales. Para que actualmente nos encontremos con plataformas digitales y revisiones con IA que permiten una crítica automática. – DEBATE: Creo que es una herramienta útil, rápida y objetiva, pero un mentor humano aporta interpretación, contexto y orientación personalizada, basada en experiencias. –
- Época pre-digital (1950-1990): Revisiones formales centradas en técnica y oficio, con clara jerarquía maestro-estudiante.
- Transición digital temprana (1990-2010): Introducción de portafolios mixtos (físicos/digitales) y mayor énfasis en conceptualización.
- Era contemporánea (2010-presente): Modelos híbridos que privilegian el intercambio multidireccional y reconocen la expertise distribuida.
Así es como el arte se mantiene vivo, no solo por la técnica, sino por que se comparte. Porque un portafolio no es solo un conjunto de imágenes; es un diario de secretos que merecen ser contados una y otra vez, con nuevos perfiles y nuevos matices – por eso tienes que estar preparado para un dialogo. – Estructurar estos encuentros alrededor de temas o preguntas específicas, en lugar de evaluaciones generales, produce diálogos más profundos.
Según la investigación de Grant Kester en «Conversation Pieces» (2004), hemos pasado de un modelo jerárquico vertical a uno más horizontal y dialógico.
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Segunda Cortina: Los recuerdos en tu diario, no se detienen: se doblan, se tejen, se multiplican.
Un creador de imágenes, ya sea fotógrafo, diseñador, pintor, entre otros. Destaca al mostrar relatos, emociones, una versión personal de la vida y las cosas que pasan. Lo que existe o se puede hacer. Una identidad o una causa por la que debes luchar. Desde los códices medievales hasta los portafolios digitales interactivos, la forma de documentar y compartir experiencias ha evolucionado con la incorporación de inteligencia artificial y la realidad virtual.
«La inteligencia artificial y la realidad virtual están transformando la creación y el almacenamiento de portafolios, permitiendo experiencias inmersivas y personalizadas.» – Fei-Fei Li, AI and the Future of Work (2020).
La calidad ya no es un diferenciador, es una expectativa mínima. Si crees que basta con algo bonito, bueno o impactante, estás en una lista larga de personas que crean así.
La verdadera diferenciación está en la historia que cuentas y en cómo la cuentas – La diferencia eres tú – . En un mundo donde la atención dura lo que un suspiro, la única manera de permanecer es crear una experiencia memorable. Combinando técnica, emoción, una estructura clara, una idea central y transiciones que guíen la serie de imágenes – eso es cierto y viene en los manuales – Pero aprender a contarlas es un proceso de práctica, observación y autoconocimiento. – Y tu cambias mucho, a diario. Así que lleva tiempo –
Como diría John Medina en Brain Rules: «El cerebro humano está diseñado para recordar historias mucho más que datos aislados».
Seamos realistas, diferenciarse en un lugar donde todos estamos gritando lo mismo: «mira qué increíble soy», – es gritar en un desierto – porque solo unos pocos logran hacer que alguien se detenga y diga: «wow, quiero conocer más».- El truco no está en hablar más fuerte. Está en decir algo que realmente te importe. – Tampoco necesitas ser el primero, necesitas ser el más significativo. Ser la opción que conecta, la que deja una huella. La que no solo impacta, sino algo que la sea importante recordar. – A veces se logra fluyendo y amando lo que haces –
«Un portafolio memorable se basa en principios como la coherencia visual, la jerarquía de la información y la capacidad de evocar emociones.» – Ellen Lupton, Graphic Design Thinking (2011).
Si nos ponemos serios, una buena imagen no es solo estética, es comunicación simbólica. Es un lenguaje sin palabras que te dice «esto existió», ya sea en la realidad o en tu mente. Todo forma parte de un mensaje oculto que nos impacta sin que lo notemos y debe ser una parte real de ti, algo que conozcas, que te interese.
Pero lo verdaderamente poderoso no es solo la imagen en sí, sino el diálogo continuo que genera. Como el palimpsesto que menciona la maestra Susan Sontag, cada nueva interpretación añade una capa sin borrar lo anterior, permitiendo que el arte visual evolucione sin perder su historia. En cada revisión de portafolios, en cada crítica, en cada observación, se reescribe este diario secreto que los artistas abren al mundo. No es un simple acto de mostrar imágenes; es una conversación entre generaciones, un testimonio de lo que fue, lo que es y lo que aún está por imaginarse.
«Innovar no significa inventar desde cero, sino encontrar nuevas maneras de aportar valor.» — Clayton Christensen, The Innovator’s Dilemma (1997).
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