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Creatividad con Propósito
11 de Febrero: Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia

11 de Febrero: Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia

Berenice Abbott – Grand Central Station, New York City, 1934 –

 

«Nada en la vida debe ser temido, solo comprendido. Ahora es el momento de comprender más para temer menos«

Marie Curie.

 



Primera Cortina: Un foco parpadea en el escenario.



POR MAURICIO ANGELES

Un haz de luz atraviesa una avenida, en un museo, entre las ramas del bosque y por un instante, la imagen queda suspendida entre lo visible y lo invisible – estas esperando mirar la foto que tomaste -. Esa es la esencia de la fotografía y, de alguna manera, también de la historia de las mujeres en la ciencia. Como una foto en el celular que esta a punto de darte la imagen previa, sus contribuciones han estado allí, esperando ser vistas, a veces opacadas, a veces ignoradas, pero siempre imprescindibles.

¿Estás prestando atención?

Hoy es un gran día y el telón está a punto de abrirse y se anuncia un acto imposible: La fotógrafa se propone capturar la luz y transformarla en un instante eterno. La audiencia murmura, expectante. – ¿qué dijo la modelo? – Suena extraño pero me ha tocado presenciarlo con alumnos o lo veo en grupos de fotógrafos. El escenario de la fotografía, puede ser más difícil para las fotógrafas. Ya que muchos en este gran arte y oficio no saben que detrás de ese acto hay siglos de experimentación, de mujeres desafiando las leyes establecidas de la física, la química y la óptica para demostrar que la fotografía es tanto ciencia como técnica, como arte. Cada 11 de febrero se conmemora, la búsqueda de visibilizar y reconocer el papel fundamental que las mujeres han tenido en el avance de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas.

Berenice Abbott, por ejemplo, no solo inmortalizó las calles de Nueva York, sino que también jugó con la luz. Sus imágenes de experimentos científicos no eran meros registros, sino coreografías de fotones y sombras «Science Pictures» entre 1939 y 1961. Y si hablamos de magia, no podemos olvidar a Rosalind Franklin, cuya fotografía 51 permitió ver el ADN con la claridad de un hechizo revelador. No fue reconocida en su tiempo, pero sin su trabajo, la estructura de la vida seguiría siendo un misterio.

La fotografía y la ciencia comparten ese mismo asombro: congelar un momento, descomponerlo en sus elementos y luego reconstruirlo en una nueva realidad. Como un truco de ilusión, pero con lentes, reactivos y cámaras digitales.

 

Berenice Abbott revolucionó la fotografía documental y científica durante el siglo XX. En su proyecto «Changing New York» (1935-1939), capturó meticulosamente la transformación de la ciudad, documentando el contraste entre los antiguos edificios y los rascacielos emergentes. Sin embargo, su contribución más innovadora fue en la fotografía científica, donde desarrolló técnicas pioneras para visualizar principios físicos. En el MIT, creó imágenes que hicieron comprensibles fenómenos como el movimiento ondulatorio, la interferencia de ondas y los campos magnéticos. Abbott insistía en que la fotografía científica debía ser tan rigurosa técnicamente como estéticamente bella, un principio que se refleja en sus impecables composiciones de experimentos físicos.


Segunda Cortina: Romper con los patrones impuestos



Ahora cambiemos. En el escenario del teatro, aparece una habitación a media luz. Frente a ti, una señora observa una fotografía en papel mate, impreso en plata gelatina, como en los años 80´s todavía. Quizás es el retrato de una persona amada, una ciudad que dejo atrás, una versión de ella que ya no existe. La observa y el publico expectante, siente que algo dentro de sus recuerdos se mueve.

Eso es la fotografía: un acto de amor por la memoria, por la belleza, por la verdad.

Pensemos en Dorothea Lange, cuya cámara abrazó el dolor y la resiliencia de la Gran Depresión. O en Graciela Iturbide, que ha mirado a México con una ternura feroz, como quien retrata a un amante imperfecto. O Cindy Sherman, que juega con el reflejo de lo que somos y lo que creemos ser, con la ironía de quien conoce demasiado bien la fragilidad del ser humano. O la luz de las tertulias nacionalistas que fue Tina Modotti, ¿Quién no la amaba? pero no se la pusieron fácil, acusada de conspiración, de asesinato, hasta que la expulsaron del país. La mejor representante de la Fotografía Conceptual de la época siempre fue vista como la simple asistente de Edward Weston, y bueno… ¿conoces a Maya Goded? la férrea fotógrafa documental que explora temas de sexualidad femenina, prostitución y la violencia de género, con su lucha por décadas enfocándose en comunidades marginadas o estigmatizadas.

 

Tina Modotti enfrentó enormes desafíos en el México de los años 20, donde tuvo que luchar contra los prejuicios de una sociedad que veía con recelo a una mujer fotógrafa independiente. A pesar de esto, transformó su mirada fotográfica en una poderosa herramienta social, capturando la realidad de los trabajadores, las manos callosas de los campesinos y las tradiciones indígenas. Su relación con Edward Weston inicialmente la etiquetó como «la aprendiz» o «la musa», pero ella trascendió estas limitaciones para desarrollar su propio estilo, combinando el rigor técnico con un profundo compromiso social. Sus fotografías de símbolos revolucionarios, como la hoz, el maíz y las cananas de los revolucionarios, se convirtieron en iconos del arte mexicano.

 

El día que una mujer sostuvo por primera vez una cámara y decidió contar su versión del mundo, hizo más que capturar una imagen. Reclamó un espacio en este escenario. Se convirtió en testigo y en creadora. En científica y en poeta.

Porque al final, la fotografía en el teatro de luz y sombra, mantiene presencia y ausencia, de lo que elegimos recordar y lo que tememos olvidar.

Felicidades queridas colegas, el público las ovaciona de pie, en este hermoso arte y oficio, en este escenario.

 


Áreas de trabajo de la mujer en la fotografía:


Fotografía científica: Captura de imágenes en astronomía, biología, microscopía y física, como el trabajo de Rosalind Franklin y su icónica imagen del ADN.

Innovación tecnológica: Desarrollo de sensores, cámaras y software impulsado por mujeres en STEM.

Educación y divulgación: Promoción de carreras científicas para mujeres y niñas a través de imágenes que inspiran.

Fotoperiodismo y documental: Uso de la fotografía para narrar historias como Berenice Abbott que documentó la transformación de Nueva York durante la Gran Depresión.

 

La Fotografía 51, que mostraba el patrón de difracción de rayos X del ADN, fue tomada por Rosalind Franklin y su estudiante Raymond Gosling en mayo de 1952 en el King’s College de Londres. Esta imagen fue crucial pues proporcionó evidencia visual clave de la estructura helicoidal del ADN. Es importante mencionar que esta fotografía fue mostrada sin el conocimiento ni consentimiento de Franklin a James Watson por Maurice Wilkins (colega de Franklin). Quienes utilizaron esta información como parte crucial para desarrollar su modelo de la doble hélice del ADN, por el cual recibieron el Premio Nobel en 1962 junto con Wilkins. Franklin no recibió el reconocimiento que merecía durante su vida por esta contribución fundamental. Falleció de cáncer de ovario en 1958, a los 37 años. Las reglas del Premio Nobel no permiten nominaciones póstumas, por lo que nunca pudo ser considerada para este reconocimiento.

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